150 Aniversario del nacimiento de Maurice Ravel

Maurice Ravel (1875-1937) fue un compositor francés destacado por su refinamiento y experimentación, dejando una huella profunda en la música del siglo XX. Aunque su vida estuvo marcada por tragedias personales y problemas de salud, Ravel logró componer algunas de las obras más significativas de la música moderna. Hoy se cumplen 150 años de su nacimiento y es por ello que le dedicamos estas líneas.

Desde joven, mostró un talento musical peculiar, pero no obtuvo el prestigioso Premio de Roma, lo que generó controversia y la renuncia del director del Conservatorio de París, aumentando su fama. Durante esta etapa, compuso obras clave como Jeux d’eau (1901), Cuarteto en Fa Mayor (1902) y Gaspard de la nuit (1908).

Su primer gran éxito fue Daphnis et Chloé (1912), un ballet encargado por Serguéi Diáguilev, que, aunque recibió críticas mixtas, se consolidó como una de sus piezas más importantes. En 1911, compuso la ópera L’Heure espagnole, que no tuvo éxito en su estreno. La Primera Guerra Mundial interrumpió su producción musical. A pesar de ser rechazado por el ejército debido a su estatura, se alistó como chofer de camión. Su salud empeoró tras la muerte de su madre en 1917, pero completó Le Tombeau de Couperin, dedicada a sus amigos caídos en la guerra.

A la muerte de Claude Debussy en 1918, Ravel emergió como el compositor francés más relevante. Durante los años 20, compuso obras como La Valse (1920), Tzigane (1924) y L’Enfant et les Sortilèges (1925), una ópera con libreto de Colette. En 1928, tras una exitosa gira por EE.UU. y Canadá, compuso Bolero, su obra más famosa, conocida por su repetición con variaciones orquestales. Aunque el público la adoró, Ravel la consideraba más una experimentación que una obra maestra.

Un episodio crucial en su vida fue su relación con Paul Wittgenstein, un pianista vienés que perdió su brazo derecho en la guerra. Wittgenstein se dedicó a promover música para piano con una sola mano, y Ravel decidió componerle una obra. Así nació el Concierto para piano para la mano izquierda, estrenado en Viena en 1932. La relación entre ambos fue tensa, ya que Wittgenstein modificó algunos aspectos de la partitura, pero finalmente, tras un desacuerdo, aceptó respetar la versión original. La obra fue interpretada en París en 1933, con Wittgenstein como solista y Ravel dirigiendo, resolviendo su disputa.

En los últimos años de su vida, Ravel siguió componiendo, pero en 1933 mostró signos de una enfermedad neurológica que le impidió seguir creando. En 1937, falleció tras una cirugía cerebral fallida, dejando un legado musical que perdura hasta hoy. Su estilo único combinaba tradición y modernidad, influenciado por el impresionismo, la música rusa, el jazz, la música gitana, la española y elementos orientales. Se le conoce como un «orfebre sonoro» debido a su meticulosidad y perfección técnica. Su obra sigue siendo un referente en la música clásica contemporánea.

Editoriales como Breitkopf & Härtel, Bärenreiter, Durand, Peters o Henle trabajan gran parte de su obra ayudando a mantener su música viva. En Hazen este año tendremos un buen surtido de todas ellas en nuestras tiendas en su honor. Ven y conócelas.