El cerebro de los músicos
Más allá de lo que nos aporta el mundo de la música con grandes obras y músicos, debemos hacer hincapié en lo que nos ofrece a nivel mental. Tocar un instrumento musical, entre otros beneficios, desarrolla el cerebro de las personas, por eso es tan importante fomentar esta práctica en la educación.
El cerebro de los músicos es diferente, pero… ¿sabes por qué?
Según los científicos la música modifica el cerebro y sus células. Se ha demostrado mediante diferentes estudios que los músicos utilizan prácticamente la totalidad de las áreas de su cerebro.
Para la neurociencia, uno de los temas de investigación más interesantes es la forma en que el cerebro cambia con la práctica musical.
Tocar un instrumento musical, como el piano o el violín, conlleva una gran entrada de estímulos sensoriales y motores que generan un incremento de la actividad cerebral.
Aquellas personas que tienen habilidades musicales poseen lóbulos frontales muy bien coordinados, siendo estos los que se utilizan en altas funciones cerebrales, como la planificación y el pensamiento lógico.
En la investigación llevada a cabo en la Universidad Friederich Schiller (Alemania), llegaron a la conclusión de que aquellas personas que tocan profesionalmente un instrumento tienen más desarrolladas las zonas relacionadas con la vista, el oído y la agilidad física.
Diferente forma de escuchar
Otro estudio llevado a cabo entre los músicos y personas sin experiencia musical, procesan la música de forma muy distinta en su cerebro.
Mediante una exploración del cerebro de dos voluntarios se compararon las reacciones que producía escuchar la «Sinfonía del Nuevo Mundo« de Antonín Dvořák. Vieron que en la persona sin experiencia musical se activaba la zona neuronal con la percepción auditiva.
En el caso de la persona con experiencia musical, trabajaban las regiones relacionadas con las emociones, la melodía y el canto. No solo escuchaba la pieza, sino que también la cantaba interiormente a la vez que la reproducía mentalmente.
La conclusión fue clara: las personas sin nociones musicales al escuchar una obra, reaccionaban únicamente con el hemisferio derecho de su cerebro, en cambio en los músicos se activa también el hemisferio izquierdo, más analítico, lo cual permite una percepción mas amplia y rica.
Así pues, podemos concluir que aprender un instrumento musical no solo es una experiencia de por sí gratificante, si no que además proporciona beneficios para la mente y el cerebro.
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