300 AÑOS SIN ALESSANDRO SCARLATTI: EL MAESTRO QUE REVOLUCIONÓ LA ÓPERA BARROCA

Este 22 de octubre se cumplen 300 años del fallecimiento de Alessandro Scarlatti (1660–1725), uno de los compositores más influyentes del Barroco italiano y figura clave en la evolución de la ópera. Nacido en Palermo bajo el dominio del Imperio Español, Scarlatti desarrolló su carrera entre Roma y Nápoles, dejando un legado monumental que transformó para siempre la música vocal europea.

Un joven prodigio en Roma
Scarlatti demostró su talento desde muy joven. Con apenas 18 años estrenó en Roma su primera ópera conocida, Gli Equivoci nel Sembiante (1679), gracias al apoyo de la reina Cristina de Suecia. Su éxito le abrió las puertas de los círculos más influyentes de la época, convirtiéndose rápidamente en una de las figuras musicales más solicitadas de la capital italiana.
a escuela napolitana y el nacimiento de un estilo
En 1684 fue nombrado maestro de capilla del Virrey de Nápoles, entonces representante de la monarquía española. Desde ese puesto, compuso más de 80 óperas, decenas de oratorios, serenatas y centenares de cantatas, desarrollando un estilo que se convertiría en la base de la futura escuela napolitana, una de las corrientes operísticas más importantes de los siglos XVII y XVIII.
Scarlatti perfeccionó la forma del aria da capo y la obertura italiana en tres movimientos, estructuras que influirían directamente en compositores como Händel, Hasse o Pergolesi. También fue pionero en el uso del recitativo acompañado por orquesta, dotando a sus dramas musicales de una fuerza expresiva inédita hasta entonces.
Cantatas, oratorios y música sacra
Más allá de la ópera, Scarlatti brilló en el terreno de la cantata, un género íntimo que cultivó con una maestría sin igual. Compuso más de seiscientas cantatas para círculos aristocráticos, en las que combinó poesía, teatralidad y una escritura musical refinada. También dejó una importante producción sacra: motetes, misas y oratorios, muchos de los cuales se han recuperado en las últimas décadas gracias al auge de la música antigua y las interpretaciones históricamente informadas.
Últimos años y legado
Tras una vida de intensa actividad entre Roma y Nápoles, Alessandro Scarlatti falleció el 22 de octubre de 1725 en Nápoles. Aunque con el tiempo la fama de su hijo Domenico eclipsó en parte su figura, hoy es reconocido como una de las columnas vertebrales de la música barroca italiana.
Su obra no solo marcó el desarrollo de la ópera, sino que influyó profundamente en la forma de entender el drama musical. Gracias a las grabaciones modernas y a la labor de orquestas especializadas, muchas de sus óperas, cantatas y oratorios están volviendo a los escenarios y a los oídos del público actual.

Un legado que sigue vivo
A 300 años de su muerte, Alessandro Scarlatti continúa siendo una figura esencial para comprender la transición hacia la ópera clásica. Su capacidad para unir poesía, teatralidad y estructura musical sentó las bases de todo un lenguaje que influiría en generaciones posteriores.
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